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jueves, septiembre 10, 2009

Reconstruyendo México?

O reconstruimos a México o en un futuro no muy lejano seremos un Estado fallido.

México se encuentra en una situación dramática y no únicamente por el casi 8% que se espera caiga el PIB este año, acompañado por un significativo aumento del desempleo y subempleo. El dramatismo de México va más allá de esta coyuntura y se materializa en que la pobreza alimenticia aqueja a 20% de la población mientras que la pobreza patrimonial la sufren casi la mitad de los mexicanos y, 10% más rico de la población absorbe 40% del ingreso nacional.

Tres décadas en que el PIB por habitante ha estado prácticamente estancado le ha costado mucho a la población; 30 años en que las expectativas de desarrollo, las expectativas de mejora intergeneracional del bienestar para la mayoría de las familias, han estado canceladas. México simple y sencillamente no está funcionando y requiere ser reconstruido.

México es un país en el cual los incentivos que se han derivado del marco legal han premiado la búsqueda y apropiación de rentas y han castigado la generación de riqueza. Nuestro marco institucional no es el adecuado para tener una economía sana, una que experimente crecimiento alto y sostenido y que los frutos de este crecimiento lleguen a toda la población y, en consecuencia, necesita ser modificado.

Lo que México requiere para funcionar es moverse hacia un íntegro Estado de Derecho, uno en el cual además de que las leyes vigentes se cumplan, sea un conjunto de leyes que garanticen igualdad de oportunidades de acceso a la población a todos y cada uno de los mercados, incluyendo los de bienes y servicios pero también el de los factores de la producción, uno en el cual los individuos sean plenamente libres de elegir cómo asignar los recursos escasos que son de su propiedad, mientras en el ejercicio de esta libertad no atente en contra de los derechos de terceros.

Requerimos, en otras palabras, eliminar todo vestigio de privilegios y que todos los mercados operen en un contexto de verdadera competencia, incluyendo el mercado político, mercados en donde lo que rija es la rendición de cuentas.

Las deficiencias institucionales son enormes empezando por no reconocer en el marco legal al individuo y su bienestar como lo más importante, como el objetivo supremo de la nación. Desde el fin de la Guerra Civil en 1916 y la promulgación de la Constitución en 1917, el individuo y su bienestar siempre han estado subordinados al indefinible “interés nacional”, a la quimera del bien común y es este sacrificio del bienestar individual y de su libertad lo que hace inalcanzable no solamente que cada quién maximice su bienestar y el de su familia, sino también la maximización del bienestar social.

Una ineficiente definición de los derechos privados de propiedad, una todavía más deficiente protección judicial de estos derechos, la IP secuestrada y chantajeada por una corrupta burocracia, trabajadores y empresas también chantajeadas por los líderes sindicales, monopolios privados y gubernamentales, padres de familia que no son libres para elegir la escuela para sus hijos, una clase política que no rinde cuentas por sus actos y más tienen paralizado a México.

O reconstruimos a México o seremos, en un futuro no muy lejano, un Estado fallido...


Esto es lo que dicen los expertos mientras el gobierno federal celebra la independencia de nuestro soberano país. Acaso es cierto que somos un país libre y soberano? Si es así, yo me pregunto: ¿Libre de que? Pues seguimos siendo un país atado por las ataduras del diablo (pornografía, violencia, narcotráfico, secuestros, etc) que hacen que todo sea una cadena irrompible de maldad y aún así tenemos mucho que celebrar?? No lo creo...

Acaso no es tiempo de voltear hacia arriba y clamar misericordia??

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