Ya no, al menos eso sugieren las exportaciones de autos...
En México, la sabiduría popular señala que cuando Estados Unidos estornuda, el país sufre pulmonía. Hoy, sin embargo, el refrán parece ya obsoleto, o al menos ya no aplica para ciertas industrias.
Tal es el caso de la industria automotriz que hasta ahora está desafiando la noción de que los problemas económicos estadounidense tienen que traducirse en dolores de cabeza para México.
El martes, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) reveló que las exportaciones de autos, contrario a lo esperado, crecieron a una tasa de 29.4% en los primeros dos meses del año, un ritmo superior al alza de 5% que registraron en 2007.
Además, el crecimiento, que superó con creces las expectativas de los especialistas, se dio en un momento en que la economía estadounidense atraviesa ya por una fuerte desaceleración económica –sino es que está ya en recesión.
De ahí que para algunos economistas, el desempeño que hasta ahora han mostrado las exportaciones de autos mexicanos parece indicar que algunas de las industrias mexicanas comienzan gradualmente a romper la estrecha dependencia que por décadas han mantenido con la evolución económica estadounidense.
“Mientras nosotros pensamos que la economía mexicana muy probablemente se desacelere en 2008, no hemos visto hasta ahora algún signo de una rápida desaceleración”, escribieron Gray Newman y Luis Arcentales, economistas para América Latina con el banco estadounidense Morgan Stanley, en un reporte publicado esta semana. “De hecho, estamos viendo signos de cambio hacia arriba al inicio del año”.
Uno de los factores que para los ejecutivos de la industria automotriz ayudan a entender el buen desempeño que hasta ahora han tenido las exportaciones es el crecimiento que están registrando las ventas de autos mexicanos en mercados distintos al estadounidense.
Si bien Estados Unidos sigue siendo por mucho el destino principal de los autos fabricados en México, con una participación de 72.3%, muchas compañías, gracias a la calidad de los autos mexicanos y a la debilidad del peso frente al euro y otras monedas, están logrando colocar cada vez un mayor número de vehículos en otros mercados, principalmente en Europa y Asia.
Por ejemplo, en el periodo enero-febrero las empresas automotrices mexicanas lograron exportar cerca de 35,000 autos a Europa, 81% más que los cerca de 20,000 autos que vendieron en el viejo continente en los primeros dos meses de 2007.
El crecimiento de las exportaciones mexicanos a Asia fue incluso mucho más espectacular al pasar de 86 autos exportados en los primeros dos meses de 2007 a 6,585 en el periodo enero-febrero de este año, o un crecimiento de 7,557%.
“Esos son datos muy interesantes y hablan de la importancia que le estamos dando a otros mercados, como el asiático, que antes no la tenían”, dijo Eduardo Solís Sánchez, presidente de AMAI, en una entrevista telefónica.
Volkswagen de México es, por ejemplo, una de las empresas que ha registrado un fuerte crecimiento de sus exportaciones a Europa y Sudamérica. Nuestra “fábrica en Puebla, que empezó a exportar, como todas las empresas, a EUA y Canadá, hoy exporta a todos los mercados del mundo”, dijo Thomas Karig, vicepresidente de relaciones corporativas y estrategia, en una entrevista telefónica. “Nuestros productos son muy competitivos tanto en Europa como en Mercosur”.
Pero las empresas mexicanas no sólo están registrando crecimientos positivos en Europa, Asía o América Latina. Las ventas a Estados Unidos también crecieron, aún y cuando el mercado automotriz de ese país registró una caída acumulada en los primeros dos meses del año de 5.6%. Así, la participación de los autos hechos en México en el mercado estadounidense creció de 28.7% en el primer bimestre de 2007 a 36.5% en el periodo enero-febrero de 2008.
“Las importaciones de todas las partes del mundo cayeron en Estados Unidos, con excepción de México”, dijo Solís.
Para los ejecutivos, dos son las razones por las que los autos mexicanos han ganado terreno en el mercado estadounidense: uno, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que permite a los autos mexicanos entrar a Estados Unidos sin tener que pagar arancel; y, dos, la calidad de los autos fabricados en México.
La combinación de los dos factores ha permitido a los autos mexicanos sobreponerse a la contracción que se observa en el mercado automotriz estadounidense.
“El mercado de Estados Unidos tiene, sin duda, una presión de costos brutal, y el acceso preferencial que México tiene como resultado del tratado de libre comercio nos da una ventaja inmediata”, dijo Solís.
Si a eso se añade la calidad de los productos que se están ensamblando en México, se entiende porque los autos mexicanos han ganando terreno en Estados Unidos.
“Estamos haciendo vehículos de muy alta calidad”, dijo Herman Morfin, vocero de Ford Motor de México, en una entrevista telefónica. “Tenemos una mano de obra muy calificada y son productos de muy buena calidad”.
Claro que nadie piensa que lo que hasta ahora ha ocurrido en la industria automotriz permite presagiar que el país no sufrirá ningún descalabro ante la fuerte contracción por la que atraviesa la economía estadounidense.
Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de México al consumir cerca de 82% de las exportaciones mexicanas, y eso hace prácticamente imposible suponer que México será inmune al freno económico estadounidense, aún cuando muchos exportadores estén comenzando a diversificar sus mercados.
Sin embargo, lo que hasta ahora ha ocurrido en la industria automotriz mexicana es un buen presagio y permite a algunos suponer que el país está mejor preparado para enfrentar la desaceleración del país vecino del norte. Además de que muestra que poco a poco la economía mexicana está reduciendo su dependencia hacia la evolución económica estadounidense.
Esto aún y cuando lo que ha ocurrido hasta ahora en la industria automotriz no pueda ser aún considerado como un indicador confiable de lo que sucederá a lo largo de 2008.
“Sería muy irresponsable con dos puntos de observaciones tratar de inferir lo que va a pasar el resto del año. . . Prefiero ver más cifras para ver si marca tendencia”, dijo Solís. Pero hasta ahora “son buenas noticias para la industria”.
En México, la sabiduría popular señala que cuando Estados Unidos estornuda, el país sufre pulmonía. Hoy, sin embargo, el refrán parece ya obsoleto, o al menos ya no aplica para ciertas industrias.
Tal es el caso de la industria automotriz que hasta ahora está desafiando la noción de que los problemas económicos estadounidense tienen que traducirse en dolores de cabeza para México.
El martes, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) reveló que las exportaciones de autos, contrario a lo esperado, crecieron a una tasa de 29.4% en los primeros dos meses del año, un ritmo superior al alza de 5% que registraron en 2007.
Además, el crecimiento, que superó con creces las expectativas de los especialistas, se dio en un momento en que la economía estadounidense atraviesa ya por una fuerte desaceleración económica –sino es que está ya en recesión.
De ahí que para algunos economistas, el desempeño que hasta ahora han mostrado las exportaciones de autos mexicanos parece indicar que algunas de las industrias mexicanas comienzan gradualmente a romper la estrecha dependencia que por décadas han mantenido con la evolución económica estadounidense.
“Mientras nosotros pensamos que la economía mexicana muy probablemente se desacelere en 2008, no hemos visto hasta ahora algún signo de una rápida desaceleración”, escribieron Gray Newman y Luis Arcentales, economistas para América Latina con el banco estadounidense Morgan Stanley, en un reporte publicado esta semana. “De hecho, estamos viendo signos de cambio hacia arriba al inicio del año”.
Uno de los factores que para los ejecutivos de la industria automotriz ayudan a entender el buen desempeño que hasta ahora han tenido las exportaciones es el crecimiento que están registrando las ventas de autos mexicanos en mercados distintos al estadounidense.
Si bien Estados Unidos sigue siendo por mucho el destino principal de los autos fabricados en México, con una participación de 72.3%, muchas compañías, gracias a la calidad de los autos mexicanos y a la debilidad del peso frente al euro y otras monedas, están logrando colocar cada vez un mayor número de vehículos en otros mercados, principalmente en Europa y Asia.
Por ejemplo, en el periodo enero-febrero las empresas automotrices mexicanas lograron exportar cerca de 35,000 autos a Europa, 81% más que los cerca de 20,000 autos que vendieron en el viejo continente en los primeros dos meses de 2007.
El crecimiento de las exportaciones mexicanos a Asia fue incluso mucho más espectacular al pasar de 86 autos exportados en los primeros dos meses de 2007 a 6,585 en el periodo enero-febrero de este año, o un crecimiento de 7,557%.
“Esos son datos muy interesantes y hablan de la importancia que le estamos dando a otros mercados, como el asiático, que antes no la tenían”, dijo Eduardo Solís Sánchez, presidente de AMAI, en una entrevista telefónica.
Volkswagen de México es, por ejemplo, una de las empresas que ha registrado un fuerte crecimiento de sus exportaciones a Europa y Sudamérica. Nuestra “fábrica en Puebla, que empezó a exportar, como todas las empresas, a EUA y Canadá, hoy exporta a todos los mercados del mundo”, dijo Thomas Karig, vicepresidente de relaciones corporativas y estrategia, en una entrevista telefónica. “Nuestros productos son muy competitivos tanto en Europa como en Mercosur”.
Pero las empresas mexicanas no sólo están registrando crecimientos positivos en Europa, Asía o América Latina. Las ventas a Estados Unidos también crecieron, aún y cuando el mercado automotriz de ese país registró una caída acumulada en los primeros dos meses del año de 5.6%. Así, la participación de los autos hechos en México en el mercado estadounidense creció de 28.7% en el primer bimestre de 2007 a 36.5% en el periodo enero-febrero de 2008.
“Las importaciones de todas las partes del mundo cayeron en Estados Unidos, con excepción de México”, dijo Solís.
Para los ejecutivos, dos son las razones por las que los autos mexicanos han ganado terreno en el mercado estadounidense: uno, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que permite a los autos mexicanos entrar a Estados Unidos sin tener que pagar arancel; y, dos, la calidad de los autos fabricados en México.
La combinación de los dos factores ha permitido a los autos mexicanos sobreponerse a la contracción que se observa en el mercado automotriz estadounidense.
“El mercado de Estados Unidos tiene, sin duda, una presión de costos brutal, y el acceso preferencial que México tiene como resultado del tratado de libre comercio nos da una ventaja inmediata”, dijo Solís.
Si a eso se añade la calidad de los productos que se están ensamblando en México, se entiende porque los autos mexicanos han ganando terreno en Estados Unidos.
“Estamos haciendo vehículos de muy alta calidad”, dijo Herman Morfin, vocero de Ford Motor de México, en una entrevista telefónica. “Tenemos una mano de obra muy calificada y son productos de muy buena calidad”.
Claro que nadie piensa que lo que hasta ahora ha ocurrido en la industria automotriz permite presagiar que el país no sufrirá ningún descalabro ante la fuerte contracción por la que atraviesa la economía estadounidense.
Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de México al consumir cerca de 82% de las exportaciones mexicanas, y eso hace prácticamente imposible suponer que México será inmune al freno económico estadounidense, aún cuando muchos exportadores estén comenzando a diversificar sus mercados.
Sin embargo, lo que hasta ahora ha ocurrido en la industria automotriz mexicana es un buen presagio y permite a algunos suponer que el país está mejor preparado para enfrentar la desaceleración del país vecino del norte. Además de que muestra que poco a poco la economía mexicana está reduciendo su dependencia hacia la evolución económica estadounidense.
Esto aún y cuando lo que ha ocurrido hasta ahora en la industria automotriz no pueda ser aún considerado como un indicador confiable de lo que sucederá a lo largo de 2008.
“Sería muy irresponsable con dos puntos de observaciones tratar de inferir lo que va a pasar el resto del año. . . Prefiero ver más cifras para ver si marca tendencia”, dijo Solís. Pero hasta ahora “son buenas noticias para la industria”.
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